A la singularidad de los PROCESOS MATRIMONIALES se une la pluralidad de las materias que se agrupan bajo esta denominación. Aunque los objetos básicos – separación y divorcio – han visto reducida su complejidad, los que son consecuencia de aquellos han incrementado su variedad y sus consecuencias y han visto multiplicada su frecuencia.
La litigiosidad se ha incrementado a la par que su dificultad. A los temas económicos – alimentos, compensaciones, calificación de bienes, indemnizaciones y liquidación de regímenes económicos – se han unido y multiplicado los relativos a los hijos, su custodia y su cuidado, así como las relaciones con parientes y allegados y otros, como la calificación de los gastos extraordinarios
La diversidad de medidas a adoptar y de los momentos en que deben tomarse, la complejidad de las materias que deben inspirarlas y de los conocimientos que han de presidirlas hacen de estos procesos especiales de los más controvertidos y de los de mayor trascendencia para los litigantes y sus asesores.
La mayor especialidad de los temas procesales hace imprescindibles obras como la presente, dedicadas a estos temas en concreto.