En su famoso ensayo "Taking facts seriously", William Twining (1982) lamentaba que en las escuelas de derecho no se les prestara mayor atención a los problemas teóricos relacionados con la prueba y el establecimiento de los hechos. Aunque el derecho probatorio y el derecho procesal se han dedicado desde siempre al estudio de dichos temas, el énfasis ha estado siempre en el aspecto formal, doctrinal y procedimental, en detrimento de los fundamentos filosóficos y teóricos. En el artículo, Twining hacía un llamado a revivir los proyectos teóricos de Bentham, Thayer y Wigmore, en su exploración de los fundamentos filosóficos del derecho probatorio1 . Dicha exploración debería combinar no sólo las herramientas tradicionales proporcionadas por la lógica, la gramática y la retórica, sino también los avances hechos en ciencias como la estadística y la probabilidad, la medicina y la psicología forenses, la psicología de la percepción, la epistemología y la filosofía de la ciencia.