En esta obra, la autora nos acerca al mundo de los escribanos y de las escribanías que existieron en el Señorío de Vizcaya durante los siglos xvi-xviii. Se trata de los hombres y cargos que se encargaron de la escritura en aquellas centurias y, de esta manera, nos aproximamos a un mundo de poder, pleitos y alianzas internas por conservar aquellas posiciones en la administración de la Edad Moderna.
Los escribanos eran los encargados de redactar documentación diversa, como podían ser las actas de las reuniones de las instituciones, pero también los contratos matrimoniales, dotes o testamentos de personas particulares. Estamos ante una sociedad donde la tasa de analfabetismo era muy elevada, por lo que la figura del escribano jugaba un papel fundamental, ya que no solo escribía, sino que también solía explicar lo redactado. Así, teniendo en cuenta la legislación de la época, se presentan las identidades e identificación de los escribanos y de sus escribanías, su contexto familiar, formación jurídica y lingüística, y muchos de los pleitos en los que estuvieron inmersos.