El caníbal de Atizapán. La historia del mayor asesino serial de ...

«Este libro refleja omisiones, malas praxis y negligencias de las autoridades en el caso de Andrés Mendoza. Espero que cada una de sus páginas concientice a la sociedad para que paren los feminicidios, así como para que las autoridades atiendan con mayor prontitud las denuncias de violencia de género y desapariciones.» -Itzel Cruz, del prólogo

Andrés Mendoza Celis es un feminicida que actuó con total impunidad durante décadas en el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México. Su última víctima, Reyna González Amador, de 34 años, desapareció el 14 de mayo de 2021. Su esposo, Bruno Portillo, un policía de carrera y comandante de las fuerzas especiales de Tlalnepantla, en su búsqueda se encontró con una de las peores historias de crímenes de nuestro país: el mayor feminicida serial de México, y quizá del mundo, había sido descubierto. Sin embargo, el horror no terminaba ahí, pues una investigación periodística revelaría que Mendoza Celis, además, se comía a sus víctimas. Ésta es la historia completa del Caníbal de Atizapán.

Javier Tejado Dondé —periodista y abogado— nos presenta en este libro todo lo que estaba detrás de este caso. A partir del testimonio de varios de los involucrados en las indagatorias, plantea las distintas líneas de investigación de parte de las autoridades y el seguimiento del proceso judicial, hasta llegar a entrevistar al propio Andrés Mendoza Celis para armar su perfil psicológico. Por otro lado, este libro también relata la búsqueda de la justicia de parte de los familiares de las víctimas, y el impacto que tuvo este caso en la sociedad y en la política mexicana, al grado de generar una reforma al sistema de justicia —la llamada “Ley Reyna”— para sancionar con mayor severidad los feminicidios.

El Caníbal de Atizapán es el recuento de una de las historias más siniestras de las que se tenga memoria, así como un registro de la indolencia y la incapacidad de las autoridades para atender los casos al abandonar y revictimizar a las familias de las víctimas. También es un llamado hacia la sociedad para insistir en que este tipo de situaciones deben detenerse, y que para ello sus denuncias son relevantes.

ENGLISH DESCRIPTION

“This book reflects on the omissions, misconduct, and negligence of the authorities in the Andrés Mendoza case. I hope each page brings awareness to society in order to stop femicides and get authorities to act more promptly upon receiving reports of gender-based violence and disappearances.” —Itzel Cruz, from the prologue

For decades, Andrés Mendoza Celis committed femicide with absolute impunity in the Municipality of Atizapán de Zaragoza, State of Mexico. His last victim, thirty-four-year-old Reyna González Amador, disappeared May 14th, 2021. Her husband, Bruno Portillo, police officer and commander of the Tlalnepantla special forces, looked for her and found one of the worst crime stories in Mexico’s history: the biggest serial killer of women in Mexico—and probably the world—had been exposed. However, the horror didn’t end there, since a journalist’s investigation would reveal that Mendoza Celis ate his victims as well. This is the full story of the Cannibal of Atizapán.

In his book, lawyer and journalist Javier Tejado Dondé shares everything that was behind the case. From testimonies of several parties involved in the investigation, Tejado establishes different lines of questioning by the authorities and follows legal proceedings. He even interviewed Andrés Mendoza Celis himself to put together his psychological profile. Furthermore, this book narrates the search for justice by the relatives of the victims and the impact the case had in society and in Mexican politics, to the point of bringing about a reform to the legal system—called “Reyna Law”—to impose more severe sanctions to femicides.

The Cannibal of Atizapán is the account of one of the most sinister stories in living memory, as well as a record of the indolence and inadequacy of the authorities, abandoning and revictimizing the families of the victims. It is also a call to society, to stress that such situations have to stop, and to that end, denouncing is important.