Al enterarme de que más de la mitad del PBI mundial se concentraba en el 1 % de la población, el dato sirvió como disparador para comenzar una investigación de la realidad social a nivel mundial.
El resultado de ese verdadero holocausto social silencioso que se está llevando a cabo me llevó a continuar mi investigación periodística para entender por qué las víctimas de esas asimetrías no se levantan en contra de las mismas. Lo siguiente fue entender cómo se había llegado a este estado de cosas. Por eso es necesario hacer un poco de historia analizando a los dos sistemas en los que se organizó y se organiza la sociedad actual: el capitalismo y el socialismo. Y el fracaso de ambos.
Por último, esbozo unas posibles soluciones basadas en la democratización de la economía y de la democracia, sin que esto último sea un contrasentido o una redundancia. La unidad microeconómica del capitalismo actual, la empresa de capital, se asemeja más al viejo feudalismo en su organización, que a organizaciones más democráticas, y por ende más modernas. En lo político, la democracia representativa liberal ha degenerado en las denominadas democracias de baja intensidad, donde la participación popular se circunscribe casi por completo a la elección de autoridades. Las propuestas podrían rotularse como "socialismo práctico" o "capitalismo cooperativo", aunque prefiero denominarlo como "post populismo".