Este libro pretende realizar un aporte dogmático que sirva para identificar los estándares que debe cumplir un sistema de ejecución de las resoluciones judiciales que sea eficaz y respetuoso de los derechos fundamentales. La hipótesis que se pretende demostrar es que, en el marco de sistemas procesales modernos, la ejecución de las resoluciones judiciales es un derecho fundamental que atañe tanto a los acreedores como a los deudores, y que obliga a los Estados a proveer a sus ciudadanos sistemas de ejecución eficaces en términos de oportunidad y que permitan el equilibrio de los derechos que están en juego. La obra se divide en seis capítulos.