La pandemia de la Covid-19 ha supuesto para los Estados democráticos de Derecho un auténtico stress test sobre la capacidad de ofrecer respuestas rápidas, oportunas y flexibles a retos sociales y económicos sin precedentes, sin poner en peligro el equilibrio de la separación de poderes. En este contexto, prácticamente ningún ámbito de lo público o de lo privado queda al margen. La necesidad de adoptar medidas que frenaran la expansión del virus se extendió también al ámbito parlamentario. La aprobación de normas restrictivas de derechos fundamentales, la adopción de leyes para paliar los efectos de la crisis y la urgencia en adecuar el trabajo legislativo a la nueva coyuntura se convirtieron en prioridades para los parlamentos.
En esta obra colectiva numerosos autores analizan con diferentes perspectivas el impacto de la Covid-19 en distintos parlamentos, estableciendo una conexión con el debate sobre la calidad democrática.