Esta obra nos introduce a la vida y el mensaje de un hombre excepcional, Ezequiel, que anticipa y en cierto sentido resuelve algunos de los problemas básicos de la historia humana. Su texto nos sitúa dentro del enorme conflicto y de la gran promesa de la caída del orden viejo del Reino de Jerusalén. Todo se destruye a causa del pecado de los hombres, pero todo puede renacer -y renace- por obra y gracia de Dios.