¿No debería de primar el desarrollo a largo plazo de la empresa sobre los resultados a corto plazo? ¿No son las personas el principal activo, y el directivo el responsable de su desarrollo?
Este libro intenta reflexionar sobre todas estas cuestiones e intenta generar un cambio en la manera de concebir al directivo. El directivo que necesitamos para construir el futuro de nuestras empresas es una persona que dirige... personas, y que las dirige porque se siente íntimamente parte del equipo que forman. Es "uno de los nuestros", que asume esa responsabilidad y ese servicio a todas las personas que conforman una empresa.
Con este enfoque las empresas se desarrollarán de otra manera, con otro impulso vital, más inclusivo y más participativo. Porque en definitiva la empresa, el conjunto de personas que se dedican a una actividad común en un mercado, para ser sostenible y competitiva, debe ser inclusiva, integrando a todas las personas. O no es empresa.
El cambio hacia una empresa más participativa, más integradora y más democrática, necesita de un directivo de los nuestros.